La revolución del verso en las redes

Por Alicia Margot Zobala Fuerte, especial para Diario del SUR Digital

Desde el “Siganme no los voy a defraudar” de Menem en la década del 90, con todo lo que ello significó con las privatizaciones, los despidos masivos, el saqueo y la flexibilización laboral, ahora llegó la revolución del verso en las redes.

Mientras yo sobrevivo ganando la miseria de apenas casi 40.000 pesos por mes como jubilada, con descuentos y la catarata de remedios, por la diabetes, la osteoporosis y otros quejares, tengo que bancarme encima a los trogloditas mentirosos y seudodirigentes que en sus posteos cotidianos en las redes sociales, publican discursos vacíos, repitiendo como loros palabras como, “abordar”, “transformación”, “recuperar”, “articular”, “políticas públicas”, “política de Estado”, “productividad”, “construyendo”, “emprendedores”, mientras llenan de fotos con gente que reciben cosas y no necesariamente compradas con sus bolsillos, sino con plata del bolsillo del pueblo, que se caga de hambre y encima tiene que pagar sus impuestos.

“Como prueba basta un botón”, decía mi abuela, mientras cosía unas viejas medias de mi abuelo. Tomamos como ejemplo un posteo del senador Armando Gay, en donde en una foto con el intendente Enrique Cresto, propone que se debe “recuperar el trabajo y para ello abordar juntos esta Política de Estado”. Lo que no dice Gay es el cómo. El cómo se haría y con qué instrumentos. ¿O hablará sobre transformar a un planero en monotributista del Estado, sin garantismo de continuidad, ni estabilidad laboral y encima preso de algún dirigente de turno?”

En este triste escenario, sumamos también a los meteóricos oportunistas que pivotean en las instituciones, porque la revolución del verso, no se acota a un solo partido político. Para explicar ello, nos remitimos a la famosa transformación, transmutación y evolución de Francisco Azcué, que entró al baño con su gorra, su lupa y pipa de fiscal y salió del mismo de alpargatas, con su acordeón y a los gritos de viva la unión cívica radical el 30 de setiembre. Volvió al boliche Ducasse para mezclarse con la popular y de allí se tomó el palo y apareció en una foto con Rogelio Frigerio en Paraná. Hasta dejó la maquinita de afeitar al costado y con una espesa barba se lo pudo ver junto al arquitecto Osvaldo Perez Hatoum observando un plano de Concordia y hablando sobre “movilidad vehicular”, “recursos naturales”, sin explicar el por qué y para qué de la reunión. En su vertiginosa aparición, Azcué también se mostró en foto junto a Martín Lousteau, conductor del espacio radical Evolución. Si es que Azcué tiene alguna aspiración política, estaría bueno que explique el cómo haría para cambiar la realidad de Concordia.

Sí señoras y señores, la revolución del verso ha venido para quedarse. Todo esto me hacer recordar a unas palabras que dijera don Enrique Tomás Cresto, que haciendo ademanes como que revolvía una gran cacerola, decía, “despacio que la olla es grande y hay para todos”. La desgracia para nosotros es que en la olla actualmente en vez de comida, hay arena y cemento; un hormigón difícil de digerir, en donde unos pocos empresarios, contadores y amigos de los dirigentes, hacen pingües negocios con las obras, en detrimento de las grandes mayorías que viven el día pensando si van a comer.

Redaccion-Uno